Cupido para los romanos es el dios del amor. Es hijo de Venus, diosa del amor, la belleza y la fertilidad; y de Marte, dios de la guerra. Era un niño pícaro y carismático que ayudaba a su madre llevando la fuerza del amor a los mortales con su arco y sus flechas doradas con plumas de paloma, con las que provocaba amor instantáneo. Pero también llevaba flechas de plomo con plumas de búho que provocaban la indiferencia absoluta. Y él era consciente del poder que estas flechas le otorgaban. No siempre se portaba bien, a veces era cruel y actuaba sin escrúpulos.
Cuenta la mitología que un día se enfadó con Apolo porque había bromeado sobre sus habilidades como arquero, y se vengó. Cupido hizo que Apolo se enamorara de la ninfa Dafne con una de sus flechas doradas con plumas de paloma; pero a ella le disparó un flecha con punta de plomo para procarle la más absoluta indiferencia. Apolo desde esa flecha de Cupido se enamoró y no dejó de perseguir y cortejar a Dafne. Sin embargo, ella se sentía agobiada puesto que no sentía nada por él, y huyó a las montañas. Justo antes de que Apolo pudiera alcanzarla, la ninfa dirigió una plegaria a su padre Peneo, el dios del río, suplicándole que la metaforsease para poder escapar de los brazos de Apolo. Su padre consintió y la transformó en el árbol de laurel.
Así entre rebeldías y travesuras, Cupido cumplía con su cometido. Pero su madre Venus comenzó a preocuparse porque veía que su hijo no crecía. En busca de alguna respuesta, se dirigió al Oráculo de Temis, quien le dijo "El amor no puede crecer sin pasión". Y así fue, Venus tuvo un segundo hijo, Anteros, dios de la pasión. Cuando estaba junto a su hermano Cupido, el dios del amor crecía y se convrtía en un hermoso joven, pero cuando se separban. volvía a ser un niño.
Acuarela original
Dim.: 9,4x14 cm.
Fecha: febrero de 2019